Desde torneos de fútbol hasta sesiones de gimnasia, los espacios deportivos suelen albergar todo tipo de actividades. Por eso, la luz debe ser apropiada para la mayoría de deportes realizados y satisfacer al mismo tiempo importantes requisitos de seguridad. A la hora de planificar la iluminación, se toma como base la disciplina deportiva que requiere más exigencia visual. La iluminación de espacios deportivos debe respetar normas distintas en función de si la sala se utiliza para el deporte escolar o es usada para deportes de equipo con competiciones. Según la norma EN 12464-1, para un uso general se requiere una iluminancia de al menos 300 lux con una uniformidad de 0,6. Los valores para competiciones deportivas son más elevados.
Los paneles luminosos y los perfiles son luminarias potentes y muy adecuadas para un alumbrado homogéneo. En cualquier caso, se recomienda el uso de luces altamente eficientes con una temperatura de color blanca neutra. Un requisito esencial de la iluminación en espacios deportivos es el empleo de luminarias resistentes a golpes y que aguanten los impactos de pelota. Como los jugadores de numerosas modalidades deportivas suelen mirar hacia arriba, las luminarias deben ofrecer además una adecuada prevención del deslumbramiento (mín. UGR < 22). En espacios de gran tamaño conviene disponer de un control de iluminación independiente para zonas individuales. Esto permite crear ambientes luminosos adecuados para distintos deportes, eventos o competiciones y desactivar la iluminación en zonas determinadas, como en el caso de la utilización parcial de salas de uso triple o múltiple.