Las esculturas son objetos de arte perceptibles en el espacio cuyo efecto de profundidad ha de ser subrayado por la iluminación. La luz y la sombra sirven para poner de relieve la calidad de sus superficies y materiales, las dotan de una silueta y las hacen visibles en el espacio que las contiene. La posición de la fuente luminosa refuerza el efecto de las curvas y las aristas: por ejemplo, mediante el distinto carácter de las sombras verticales y horizontales. Para la iluminación de objetos en las artes plásticas suele elegirse un ángulo de incidencia de 30°. Las esculturas de materiales nobles como el cristal, el mármol pulido o la porcelana pueden acentuarse de un modo especialmente eficaz y brillante utilizando distintos grados de luminosidad y una luminancia puntual elevada.
Este efecto espacial deseado de los objetos de exposición tridimensionales influye en todo el diseño de la exposición. Un área de exposición con varias esculturas debe ser iluminada por baño de luz o por la incidencia de luz natural indirecta. Esto crea una luz ambiental difusa que genera una impresión global tranquila y hace visibles todos los objetos con igual intensidad. En la iluminación de obras de arte en museos, la combinación de una iluminación general suave con distintas luces de acento de alto contraste es perfecta para lograr una atmósfera visualmente interesante y conmovedora y despertar la curiosidad de los visitantes.
Como Pablo Picasso –el artista del que toma su nombre–, nuestro foco para museos PABLO representa formas y colores de un modo muy expresivo. Gracias a su índice de reproducción cromática IRC > 95, PABLO ilumina obras de arte y objetos de exposición con colores reales y en su genuina originalidad. Además, se adapta con flexibilidad a las áreas de exposición sometidas a un cambio constante. Como la temperatura y la intensidad de color pueden regularse, el carácter de la iluminación cambia con cada nueva puesta en escena.
