El ruido crece en los hospitales de todo el mundo. A esto contribuye el equipamiento técnico de los edificios y el uso de aparatos médicos cada vez más complejos. Los equipos de tratamiento y vigilancia generan un ruido de fondo constante con un nivel de presión acústica de aproximadamente 70 dB, similar al de una cafetería con 50 personas.
Sabemos desde hace mucho tiempo que el ruido es uno de los factores responsables del estrés físico y mental. El nivel de ruido del entorno repercute demostrablemente en nuestro sistema nervioso, en nuestra concentración y en nuestro bienestar. Ya a partir de 58 dB aumenta la frecuencia cardíaca y pueden producirse perturbaciones del sueño. No obstante, el descanso y el sueño son los factores más importantes en la curación y la rehabilitación. Así como un nivel de ruido elevado durante largo tiempo nos genera tensión, el silencio nos relaja y beneficia a nuestra salud.
La acústica equilibrada de la sala es tan beneficiosa para la recuperación como la estabilización del ritmo circadiano de los pacientes. Los conceptos de iluminación biodinámica favorecen los niveles hormonales naturales durante el transcurso del día y regulan así las curvas de vigilia y cansancio. Cuanto mayor sea la activación durante el día, más relajado y regenerador será el sueño. Además, la reducción de la contaminación acústica en el hospital favorece la regeneración de los pacientes y reduce la duración de su estancia en el hospital.
Además, una planificación acústica equilibrada mejora la calidad de la comunicación. En el entorno médico es esencial que doctores, enfermeras y auxiliares puedan entenderse claramente entre sí y que el flujo de información no se vea perjudicado por el eco, una propagación del sonido molesta o la existencia de ruidos de fondo. La inteligibilidad de la voz tiene una importancia primordial. En primer lugar, esta deba ser suficiente para posibilitar una transmisión rápida y clara de la información. Y además es necesario garantizar la privacidad de las consultas médicas confidenciales. En la unidad de atención de 24 horas, por ejemplo, es decisivo poder comunicar rápidamente la información más importante a la vez que intercambiar datos sensibles sin que estos sean oídos por otros pacientes. Una buena acústica ambiental no solo repercute positivamente en el bienestar y la curación de los pacientes, sino que también optimiza los procesos de los propios centros sanitarios.
Los trabajadores del sector sanitario trabajan en unas condiciones estresantes. Llevan a cabo tareas de gran responsabilidad y deben tomar decisiones trascendentales, a menudo bajo presión. La precisión de cada intervención y la eficacia en el tratamiento son requisitos fundamentales para atender adecuadamente a todos los pacientes con la mayor rapidez posible.
Un alto nivel de ruido actúa como un factor de estrés adicional. No sólo afecta al bienestar del personal, sino también a la calidad de su trabajo. Los estudios han demostrado que el ruido en el entorno clínico tiene un impacto negativo en la concentración y el rendimiento, además de acelerar la fatiga. La escasa comprensibilidad, la irritabilidad y la sensación de agobio lastran el apoyo médico y la relación con los pacientes. Una acústica adecuada de la sala contrarresta esta situación creando un entorno de trabajo armonioso incluso cuando es inevitable un nivel de ruido elevado. Esto aumenta la calidad del trabajo y la satisfacción del personal.
La debilidad corporal de las personas mayores hace que un gran número de ellas se encuentren ingresadas en hospitales y sanatorios. Como la capacidad visual y auditiva se reduce a edades avanzadas, es necesario adaptar la iluminación y la acústica ambiental. Unas medidas de acústica ambiental adecuadas hacen que los pacientes mayores puedan reconocer mejor su entorno y organizarse el día de un modo más activo. Una mejor acústica fomenta además la comunicación y la participación en la vida social de hospitales y sanatorios.
Las superficies que absorben el sonido son perfectas a este respecto, ya que reducen el tiempo de reverberación y optimizan la inteligibilidad de la voz. Esto influye decisivamente en la relación entre médicos y pacientes, para los que el entender y ser entendidos son aspectos fundamentales.
Unas salas luminosas, tranquilas y acogedoras contrarrestan la insipidez clínica de los establecimientos sanitarios. Para ello no solo es necesario contar con una iluminación agradable y homogénea, sino también disponer de la acústica ambiental apropiada. Cuanto más equilibrado es el trasfondo sonoro, mejor puede descansar el organismo. Los modernos elementos acústicos de diseño optimizan las condiciones acústicas de la sala y además funcionan como elementos decorativos que guían la mirada de los pacientes.
Una planificación exhaustiva de la acústica ambiental en el sector sanitario está sujeta a diversos requisitos. Para llevarla a cabo es necesario tener en cuenta un gran número de normas, así como las necesidades individuales de los pacientes. Con el fin de hacer frente a esta complejidad, nosotros trabajamos con una red de socios distintos, lo cual nos permite armonizar la luz y la acústica a la perfección. Además, ofrecemos planificación acústica en tres paquetes de prestaciones, compuestos de servicios distintos que varían en función del tamaño del espacio y de los requisitos específicos del proyecto.