La planificación inteligente de la iluminación ofrece numerosas ventajas para alumnos y profesores. Estas abarcan desde la utilización de luz natural, la cual resulta más agradable y fomenta la concentración, hasta un ahorro de energía considerable mediante el apagado automático de luminarias en salas vacías. Una gestión flexible de la luz permite seleccionar distintos programas de iluminación adaptados al método de enseñanza respectivo y asistir a los alumnos lo mejor posible durante el aprendizaje. Las soluciones de iluminación perfectas son aquellas que pueden ser ajustadas automáticamente –por ejemplo, mediante la adaptación de la luminosidad con sensores inteligentes– y también manualmente por los profesores. Otra ventaja de los sensores de última tecnología es la posibilidad de evaluar los datos, lo cual permite obtener información sobre el uso de las salas y el consumo de energía y también optimizar los centros educativos en base a esa evaluación. Y es que un aula de enseñanza inteligente debe, sobre todo, adaptarse a las personas.
El ambiente luminoso más agradable en una sala se consigue cuando existe el mismo grado de luminosidad en cualquier parte de ella. Para fomentar el bienestar y la atención se necesita luz natural que esté complementada por luz artificial en los lugares más alejados de las ventanas. Los sensores de luminosidad integrados en las luminarias registran la luz natural incidente y homogeneizan la iluminación en el espacio, lo cual genera una atmósfera positiva a la vez que reduce el consumo energético.
Las luces permanecen a menudo encendidas cuando las aulas no están ocupadas, por ejemplo, en horas libres o descansos. Los sensores de presencia detectan si hay personas en la sala, apagando la luz cuando está vacía y encendiéndola al entrar en ella los alumnos. El mismo principio permite reducir el consumo energético en la iluminación de corredores y aseos. La luz de los pasillos también puede atenuarse a un nivel mínimo durante la clase en lugar de apagarla por completo.
Los métodos de enseñanza modernos son muy diversos y variados. Por eso es sumamente importante que la iluminación sea flexible. Un sistema de gestión de la iluminación es muy útil a este respecto: ya se trate de explicaciones teóricas, clases vespertinas o visualizaciones con videoproyectores, un sistema de estas características hace posible almacenar escenas luminosas a modo de programas que pueden ser activados y seleccionados fácilmente por los profesores con solo pulsar un botón.
Independientemente de la iluminación general, la luz de la pizarra debe poder regularse manualmente, ya que esta tiene que ofrecer una visibilidad óptima y sin reflejos desde cualquier lugar. Para determinados formatos de enseñanza se ofrecen ajustes predefinidos: una escena «Eco» ahorra tiempo y energía, aumentando la intensidad luminosa de 500 lux –valor apropiado para la enseñanza diurna– a 1000 lux. Si en una clase lo más importante es la toma de apuntes o el trabajo en grupo, la luz puede atenuarse en la zona de la pizarra e intensificarse en la superficie de las mesas seleccionando la escena «Multimedia». Esto da a los profesores la posibilidad de crear las condiciones ideales de trabajo y aprendizaje pulsando un botón y de adaptarse a las necesidades concretas de la clase.
Una buena solución de iluminación ha de saber adaptarse no solo a las personas, sino también al entorno: las luminarias XAL se integran tanto en la domótica del edificio como en la arquitectura del centro de enseñanza. Las luminarias ZigBee controladas por sensores evitan tener que realizar conexiones por cable antiestéticas en edificios históricos y se incorporan visualmente en la imagen global. Otra ventaja es que las luminarias pueden integrarse en cualquier sistema, ya se trate de una solución autónoma («stand-alone») para aulas determinadas o de un sistema de gestión global para todos los dispositivos.
Nuestras luminarias controladas por DALI y dotadas de sensores múltiples para la detección de presencia y luminosidad hacen posible una gestión flexible de la luz que es perfecta para aulas individuales. Para lograr un alumbrado uniforme, la luz se divide en una fracción directa y otra indirecta. Es posible crear y utilizar distintas escenas para iluminar la pizarra, las mesas o definir la iluminación general. La puesta en funcionamiento puede realizarse con una «app de Bluetooth» o con un botón de pared.
Los sensores múltiples inalámbricos funcionan con Bluetooth: esto permite instalarlos posteriormente en las luminarias sin modificar la estructura de estas. Los sensores de presencia ahorran energía con su encendido y apagado automáticos, la luminosidad se regula con grupos y escenas preprogramados y se ajusta la incidencia de luz natural.
Si es necesario ampliar con sensores posteriormente las luminarias existentes o previamente instaladas, en cualquier lugar del techo pueden colocarse sensores externos de montaje en superficie. La simple solución DALI se maneja con una «app de Bluetooth» y hace posible el ajuste de escenas luminosas –por ejemplo, para explicaciones en la pizarra o clases de diseño– y grupos para la regulación de la luminosidad.
El control de varias salas al mismo tiempo simplifica la gestión de la iluminación y puede conectarse con ventanas, persianas y otros dispositivos. Funciones adicionales: Human Centric Lighting, medición del ruido y calidad del aire, visualización web.
Los datos facilitados por los sensores permiten planificar el uso del edificio de un modo más eficiente a nivel global. Cada escuela o universidad puede adaptar la visualización de los valores individualmente. El objetivo es obtener una visión global de todo el potencial de mejora existente en las áreas de la disminución del consumo energético, la utilización previsora de las salas, la reducción del ruido y la mejora de la calidad del aire. Los sensores de las luminarias comunican los datos a todos los dispositivos: de ese modo, la luz natural incidente no solo influye en la intensidad de la luz artificial de la sala, sino también en la apertura y cierre de las persianas. Si los sensores registran la calidad del aire en la sala, esos datos pueden transmitirse al sistema de mando de la ventilación. En caso de un nivel de ruido excesivo en aulas o auditorios determinados, la mejora de la acústica espacial tiene efectos permanentemente positivos en el bienestar y en la concentración.