La idea tras el diseño de la guardería era que la arquitectura representara simbólicamente una casa con el fin de crear un entorno agradable y familiar para los niños. Las significativas ventanas de diversos tamaños de la fachada están desalineadas, y el conjunto recuerda a un dibujo infantil de grandes dimensiones.
La intención de los arquitectos no era construir un centro educativo, sino un segundo hogar para los niños. Para ello se utilizaron suelos y muebles de madera aceitada maciza y tapizados de algodón. El objetivo era que, por el tipo de material y por sus propiedades táctiles, los productos utilizados recordaran a una vivienda antes que a un edificio público. Esta idea se quiso reflejar también en la iluminación. No valía solo con iluminar óptimamente las zonas de juego y aprendizaje, sino que era necesario crear al mismo tiempo un ambiente luminoso acogedor similar al que los niños encuentran en sus casas. Toda la iluminación se dotó de una función de atenuación para poder adaptar siempre la situación luminosa a las distintas necesidades didácticas.
Una planificación apta para niños exige que las dimensiones sean adecuadas. Por eso los muebles y otros elementos se adaptaron al tamaño de los niños. Por ejemplo, las escaleras de la guardería no tienen escalones normales de 17 cm de altura, sino de tan solo 12 cm. Esto parece un poco raro durante el uso para los adultos, pero para los niños es mucho más cómodo.
La construcción en madera hizo que fuera necesario definir en detalle todas las paredes y elementos de techo de madera maciza con sus rozas y taladros correspondientes para la incorporación posterior de conductos de calefacción y ventilación, accesorios de distribución eléctrica, puntos de luz, etc. Esto requirió una planificación muy precisa. Por ese motivo, la fase de planificación fue más larga, pero el tiempo de construcción fue algo más corto de lo habitual.
Los niños también necesitan una luz adecuada al jugar, pintar, hojear libros y hacer manualidades. Por eso, la planificación se centró no solo en la luz natural, sino también en el aporte de luz artificial. “MINO y VELA eran las luminarias de XAL que mejor se adaptaban a nuestro esquema luminotécnico y energético y a nuestra arquitectura. El resultado nos ha dejado muy satisfechos como arquitectos. Pero lo más importante para nosotros es sobre todo que los usuarios –los niños– se divierten mucho en la casa y se sienten a gusto en ella”, subraya el arquitecto Roland Baldi.
La tendencia actual se aleja claramente del aula de enseñanza clásica y rígida, y apuesta por estructuras flexibles dotadas de transiciones fluidas entre las distintas zonas y entre el interior y el exterior. Se trata de escuelas sin jerarquías constructivas o funcionales. Esta circunstancia debe ser reflejada por los arquitectos y los proyectistas de iluminación con esquemas variables y versátiles.
El estudio de arquitectura Roland Baldi Architects de Bolzano trabaja principalmente en la construcción de edificios y en el desarrollo urbanístico, pero también abarca las áreas de arquitectura interior, planificación de zonas verdes, exteriorismo y diseño. Los proyectos son principalmente el resultado de concursos adjudicados, y abarcan desde edificios industriales y residenciales hasta proyectos de urbanismo e infraestructuras, pasando por centros de enseñanza y diversos estudios y diseños de mobiliario. Su arquitectura está caracterizada por el uso consciente de pocos materiales y colores y un lenguaje de líneas claro. Entre sus proyectos más importantes se hallan el Plan Maestro para la zona de Rosenbach (antiguo cuartel de Mignone) en Bolzano, el polígono industrial Syncom en Bressanone, el edificio de la universidad de Brunico, la central térmica de Chiusa, el funicular de Merano 2000 y la sede de TechnoAlpin en Bolzano.