El estudio de arquitectura tasserball architekten considera que en la creación de la atmósfera en los interiores de las escuelas influye decisivamente la interacción de la luz con el esquema de colores y los distintos materiales empleados. En particular, los edificios para alumnos de corta edad deben ofrecer una buena orientación y comunicar un cierto grado de intimidad para que los niños se sientan como en su propia casa. Además, los conceptos pedagógicos actuales exigen zonas de enseñanza abiertas y cierto grado de transparencia entre las aulas.
El concepto pedagógico aquí empleado puede resumirse con la designación de “escuela dinámica”. En ella se trabaja bajo el lema “La enseñanza en cualquier lugar”. Esto significa que los alumnos reciben enseñanza introductoria en grupo y a continuación se les permite buscar su lugar de trabajo y aprendizaje por sí solos. Por eso, las áreas situadas entre las aulas tienen unas proporciones generosas y están equipadas con mobiliario adaptable. A los arquitectos se les encomendó la tarea de garantizar una iluminación adecuada en cualquier lugar. Al mismo tiempo, para el director de la escuela era muy importante que la iluminación del interior comunicara calidez, con el fin de que los alumnos se sintieran “como en casa”.
En consecuencia, el objetivo de los arquitectos y los diseñadores luminotécnicos era responder a las distintas situaciones y requisitos del espacio con una familia de productos uniforme. Por ello, puntos focales especiales como los grupos de asientos se han acentuado con la elegante luminaria de suspensión girable e inclinable NOD, mientras que las luminarias empotrables integradas en los techos de madera se mantienen en un segundo plano discreto gracias a su forma y dimensiones. Además de luz directa, LITO genera un alto porcentaje de luz indirecta que contribuye a crear un ambiente de bienestar indescriptible.
Para los arquitectos, esto volvía a dejar claro que la iluminación es capaz de mucho más que garantizar la necesaria intensidad luminosa: en combinación con las superficies de madera predominantes, la iluminación contribuye en este caso a crear una atmósfera positiva.
Josef Watschinger, director de la escuela primaria San Martín
Una escuela, como cualquier otro edificio, debe ser siempre un reflejo de su época y satisfacer los requisitos contemporáneos, tanto en materia de construcción como en la de equipamiento interior. Por otro lado, un edificio –sobre todo cuando es utilizado por niños– debe poder despertar emociones mediante la configuración de las salas, la existencia de vistas hacia el exterior y el interior, el tipo de superficies, una acústica agradable, una buena iluminación y un buen mobiliario. Las necesidades básicas de los alumnos de sentirse cómodos y a gusto y de disfrutar de una atmósfera estimulante son siempre factores muy importantes a tener en cuenta.